viernes, 24 de junio de 2011

Mi viaje a Etiopía


Cuando mi hermana Miren me anunció que iba a Etiopía de cooperante durante 5 meses cambié mis planes y decidí ir a visitarla alejándome por unos días de mi mujer y mis hijas. Este es el diario de mi viaje de dos semanas a tan remota tierra donde cada día pasa algo. Agradezco a Miren (te quiero) todo su soporte material y emocional. También a la adorable Eva, cooperante y compañera de piso de Miren ( I miss you so much, Eva). Coincidí en fechas con Chelo y Gisela y realizamos parte del viaje juntos. Sin su apoyo todo hubiera sido mucho mas complicado. Agradezco a Kine, Tomi, Azeb, Bocat, Rogel, Melaku, Bety, todos los conductores y cobradores de autobús y todas las maravillosas personas etíopes que han hecho que este viaje sea tan distinto para mí.
6-6-2011. Camino de Wondo Genet.

El autobús que nos lleva a Gisela, Chelo y a mí, circula por la sabana africana. Hay pocos árboles. Alguno muy grande y antiguo. El color es amarillo grisáceo y hay abundante matorral. El terreno es muy llano y la carretera es ancha de dos carriles con muy pocos vehículos. Está muy tranquila, pero la salida de Addis ha sido caótica. Mucha gente a los lados de la carretera, las mujeres vestidas con colorido africano y muchos hombres también. El campo está siendo labrado con arado romano. Hay mucho ganado: vacas y cabras. Ocasionalmente se ven marabúes y garzas. Hace poco hemos visto una manada de camellos.
Ahora pasamos por una zona de enormes y modernos invernaderos. Una parte de las construcciones son las tradicionales chozas redondas africanas de adobe y techo de paja. En los pueblos predominan las chabolas de adobe, planta cuadrada y techo de lata. Y gente, siempre mucha gente. En el autobús todos van vestidos a la occidental. Más de la mitad tiene móvil.
En conjunto, en el paisaje, las personas, el autobús, hay una mezcla de tradicional y moderno, donde lo que predomina es el cutrerío del subdesarrollo.

Addis es una ciudad enorme, llena de gente. Nosotros vivimos en Bole, el barrio del aeropuerto cerca de Bole Road, una gran avenida moderna con edificios altos y centros comerciales. Sin embargo no debe dar la sensación de plenamente homologable con Europa. Socavones, charcos y tramos sin acera nos recuerdan la latitud y longitud en que nos hallamos. La cudad es amable y segura.
El resto de la ciudad está plagada de tiendas, cafés y gente deambulando. Por la noche la semioscuridad es ubicua...