El teniente me manda volver a la formación que ya había abandonado. Con calma me dirijo a él para explicarle que hace muchos años que terminé la mili y por tanto no tengo que volver a formar nunca más. Con la misma calma el teniente me dice que no voy a licenciarme en la puta vida si no vuelvo a la formación en este mismo instante. Toda la compañía me mira con cara burlona. Con una ansiedad creciente trato de explicar al teniente y al resto de la compañía que se equivocan, pero todos parecen dar por hecho que el errado soy yo. No lo entiendo muy bien, pero vuelvo a la fila.
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