Antes de responder, Jenny volvió la vista hacia los intensos ojos negros que la observaban. Las cosas no suceden como uno lo espera, pensó. Aunque en realidad nunca había esperado nada concreto. En todo caso tenía claro lo que no quería que le ocurriese. Por eso abandonó Jacksonville. Por eso y porque la vida es así, había cruzado el puente de Brooklyn y se encontraba ahora allí.
Para seguir leyendo puedes Descargar El puente de Brooklyn
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