Estupendo, la boca está perfecta. Ni una carie, dijo el
dentista, que dio media vuelta y se alejó de mi lado. Su edad, rozando los
cincuenta y sus ademanes pausados infundían una tranquilidad que no lograba
vencer el miedo cerval que producían su profesión, sus métodos y herramientas.
¿Desea entonces una limpieza de boca?
Para seguir leyendo puedes Descargar La higienista bucal
Magnifico cuento muy bien escrito, los pechos de una mujer en los ojos... gran imagen.
ResponderEliminarme encantó .
ResponderEliminarmuy bueno y me hizo reír (por lo tanto :saludable )
Gracias Bernardina. La intención era hacer reír :)
EliminarSiempre he tenido la impresión de que estos cuentos gustaban más a los hombres y me parece fantástico haberme equivocado. Aunque últimamente, con las Sombras de Grey todo es distinto de lo que había pensado.
Un saludo