Entonces, estamos de acuerdo, señor Watson, quiero decir señor Hu. Disculpe, pero no consigo acostumbrarme a su nombre chino. No diré nada de su existencia. Nadie sabrá por mí que está usted aquí. Es una lástima porque la información es de sumo interés y sería fantástico que pudiera usted acompañarme a América, pero comprendo su punto de vista. La ética y la intimidad son sagradas para un periodista.
Para seguir leyendo puedes Descargar Sr. Hu
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ahí termina el cuento del sr hu? habrá segunda parte :) ?
ResponderEliminarAhí termina, en efecto
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